Por Victoria Fernandez, psicóloga de Quirónprevención, servicio de prevención médica de The Ocean Race 2023.

Cualquier competición deportiva requiere sacrificio, disciplina y constancia. Pero en el caso de The Ocean Race, esa dureza se eleva a la máxima potencia porque a la propia exigencia deportiva, se le suman otras variables como la duración de la competición, la lejanía de los seres queridos, la exposición continua a condiciones extremas, etc. Por todo esto, no se confunden los innumerables titulares que proclaman a The Ocean Race como el desafío deportivo más duro, largo, y difícil del mundo.

Ya solo tomar la decisión de embarcarse en esta competición no debe ser tarea fácil, puesto que tu vida ordinaria se paraliza por 7 meses. Siete meses en los que únicamente navegarás, conviviendo en un barco con las mismas personas 24/7.

Y partiendo de esta premisa, vamos a tratar de esclarecer cómo gestionar emocionalmente todos estos factores que pueden alterar el estado de ánimo de un regatista los meses previos a su partida.

La primera dificultad a la que se va a enfrentarcualquier participante va a ser la preparación. Lo que haga durante los meses de acondicionamiento será clave durante el progreso de la carrera. Es decir, no solo debe preocuparse por la preparación física, sino que también debe ocupar tiempo en la preparación psicológica, ya que esta jugará un papel relevante en la superación de las dificultades que van a ir surgiendo durante los 7 meses.

Para hacer frente a los altos niveles de estrés que van a aparecer, derivados de las situaciones de incertidumbre y/o miedo que inevitablemente van a ocurrir, los participantes deberían prepararse desde dos puntos de vista distintos, a nivel de equipo y a nivel individual:

  • A nivel de equipo, necesitarán construir una metodología de trabajo que facilite la resolución de las dificultades. Definir claramente los roles de cada uno en la distintas situaciones, crear un estilo de comunicación adecuado entre los participantes y definir un protocolo de actuación claro en caso de emergencia o necesidad.
  • A nivel individual, cada participante deberá trabajar en sus habilidades de gestión emocional. Aprender técnicas de respiración profunda, de relajación muscular o técnicas de visualización positivas le ayudarán a mantener la calma en los momentos más complejos, pero también a dar descanso al cerebro una vez pasada la situación. Así mismo deberá preocuparse de cuidar del descanso y de la alimentación durante todos los meses de preparación y de carrera, ya que esto es muy importante para mantener los niveles de energía necesarios.

Otra de las dificultades que plantea este tipo de reto es la lejanía de los seres queridos. Tantos meses separados de las personas que son importantes para uno, va a tener un efecto sobre el bienestar emocional de los participantes. Para superar estos momentos, es recomendablel levar a bordo alguna fotografía u objeto pequeño para recuperar esa sensación de conexión con los suyos cuando su estado de ánimo lo requiera.

Por último, otra problemática para la que deberá preparase toda la tripulación es el tener que vivir durante tanto tiempo en un espacio reducido, lo que dificulta encontrar un lugar para uno mismo, tanto en el plano físico como en el mental. El regatista puede aprender técnicas que le ayuden a conectar más fácilmente con él mismo, la meditación o el mindfulness pueden ser dos buenas opciones para ello. Igualmente puede valorar llevar consigo herramientas que le permitan esos momentos puntuales de aislamiento, o desconexión como unos cascos para escuchar música o algo para leer, siempre y cuando esto sea posible.

En definitiva, son múltiples las dificultades que pueden presentarse a lo largo de esta competición pero, con la preparación adecuada, se convertirá en una experiencia inolvidable.